Milei, la tapa de Clarín y la mentira como método de manipulación electoral

Milei, la tapa de Clarín y la mentira como método de manipulación electoral

Milei, la tapa de Clarín y la mentira como método de manipulación electoral.

El Presidente repostea una portada adulterada de Clarín que publicó Alejandro Fargosi: distorsiona hechos históricos para construir una mentira política con fines electorales.

El presidente Javier Milei y su principal candidato en CABA para las próximas elecciones acaban de protagonizar un episodio que retrata con precisión quirúrgica el estado de su degradación discursiva. Este domingo, el primer candidato a diputado nacional por La Libertad Avanza en Capital Federal, Alejandro Fargosi, como es habitual en él, publicó una supuesta tapa de Clarín del 16 de diciembre de 2005 a la que tituló en Twitter con con la palabra “memoria”.

En esa imagen se leía que Néstor Kirchner “pagaba al FMI al 4% tomando deuda con Chávez al 16%”. A los pocos minutos, el propio presidente la compartió desde su cuenta personal, agregando una burla dirigida a sus opositores. El problema es que la tapa era completamente falsa. No un error, no una confusión, sino una falsificación evidente, diseñada para engañar.

Milei, la tapa de Clarín y la mentira como método de manipulación electoral

Señales de que la portada es falsa

El nivel de manipulación es grosero. El diseño no coincide con el Clarín de 2005: la tipografía del titular es mucho más gruesa, los márgenes y el interlineado están desbalanceados, la disposición de las secciones superiores —esas pequeñas columnas con temas diversos— se ven falsos y en un gama cromática alterada. La bajada, desalineada, con bloques amontonados, tampoco respeta la maqueta del diario. Incluso los colores son imposibles.

Pero el engaño no es solo gráfico. Lo que afirma el titular es una falsedad histórica: Kirchner no tomó deuda con Venezuela al 16% para pagarle al Fondo Monetario.

Milei, la tapa de Clarín y la mentira como método de manipulación electoral

Lo que realmente sucedió fue que la Argentina canceló la totalidad de su deuda con el FMI utilizando reservas del Banco Central, una decisión que se anunció precisamente el 15 de diciembre de 2005.

Es cierto que, por entonces, Venezuela compraba bonos argentinos, pero esas operaciones tenían tasas mucho menores, en torno al 8 o 9%, y no estaban vinculadas con el pago al Fondo. Decir lo contrario es manipular la historia con fines políticos.

Foto real, contexto verdadero, mentira insertada

La foto que acompaña la tapa —Kirchner hablando en el Salón Blanco— es auténtica, pero fue usada en una edición digital burdamente falsificada. Es un truco clásico de la desinformación: mezclar un elemento real con una invención para generar verosimilitud.


Las hemerotecas de Clarín muestran claramente cuál fue el verdadero título de aquella jornada: “Kirchner anunció que pagará toda la deuda al FMI con reservas”. Ni una palabra sobre Chávez, ni sobre tasas del 16%, ni sobre deudas paralelas.
Y sin embargo, el Presidente de la Nación eligió difundir esa falsedad como si fuera una verdad revelada. Lo hizo con premeditación, sabiendo que su palabra tiene un peso institucional enorme y que sus publicaciones se convierten, en cuestión de segundos, en contenido amplificado por miles de seguidores, trolls y bots.

Lo hizo también pese a que los usuarios, periodistas y especialistas en verificación de datos le advirtieron que la imagen era trucha. Ni una rectificación, ni una disculpa, ni una aclaración: el posteo sigue en pie, como si la mentira fuera un acto de soberanía.

Su enfrentamiento con el Grupo Clarín

Resulta particularmente paradójico que Milei, quien mantiene un enfrentamiento público con el Grupo Clarín (su tuit fijado hace meses es contra esa empresa), haya usado justamente una tapa falsificada de ese medio como fuente de autoridad para construir su relato.

No le importó que fuera un montaje. No le importó que las pruebas de la falsificación fueran obvias. Lo importante era el efecto: instalar en el imaginario una mentira útil para el momento electoral, una historia apócrifa que refuerce el ataque a quienes hoy lideran las encuestas y amenazan con desplazar al oficialismo.

Este episodio no es un tropiezo aislado. Es la confirmación de un patrón: la mentira como método, la manipulación como discurso de gobierno, la desinformación como táctica de campaña.

Difundir una falsedad histórica desde la cuenta oficial del Presidente de la Nación no es un error de comunicación; es un atentado a la verdad pública, un manotazo desesperado de quien teme perder poder y elige degradar la realidad antes que reconocer su fracaso.

Las democracias se sostienen en la confianza. Cuando quienes gobiernan deciden borrar la frontera entre lo cierto y lo inventado, esa confianza se destruye. Y cuando lo hacen con cinismo, burlándose de los hechos y de los ciudadanos, ya no estamos ante un simple problema de ética política: estamos frente a un acto deliberado de desinformación desde el Estado.

Y eso, venga de quien venga, es inadmisible.

Redacción: Informe Norte / www.informenorte.com.ar

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